Jesús de Nazaret cambió el mundo. Nunca ha habido un hombre como Él, y jamás lo volverá a haber.
Él es el tema de más libros, actuaciones, poesía, películas, y adoración que cualquier otro hombre en la historia. Leer Sus palabras con todo cuidado—junto con las de Mahoma, Buda, las escrituras hindús, o aquellas de cualquier otro líder religioso—es desconcertarse por su poder y singularidad.
Aquellas personas que le escucharon preguntaron con asombro, “¿De dónde sacó éste tal sabiduría y tales poderes milagrosos? (Mateo 13:45, NVI). Y mirar lo que Él hizo es convencerse intuitivamente de las declaraciones básicas de la fe cristiana. Como el famoso escritor Malcolm Muggeridge dijo, “Las palabras de los Evangelios… en el sentido más verdadero y absoluto… pueden ser llamadas Palabras Santas, y sin blasfemia, atribuidas al mismo Dios.”
Sea lo que fuere que el buen cristianismo ha hecho por el mundo ha sido debido a Jesús. ¿Pero quién fue este hombre? El propósito de este material es mostrar cómo las Escrituras Hebreas predijeron siglos por adelantado la venida de un Mesías divino para toda la humanidad, y que Jesús es el cumplimiento de esas profecías.
Algunas personas han afirmado que estas declaraciones fueron hechas después que Jesús vivió, y no antes. Pero todas las Escrituras Hebreas se completaron en el año 400 a.C. Y no importa cómo usted puede ver las Escrituras Hebreas, un hecho es irrefutable: La Septuaginta, que es la traducción al idioma griego de todas las Escrituras Hebreas, se completó en el año 247 a.C.
Por consiguiente, aún los críticos deben reconocer que cada profecía que discutiremos en este libro, y muchas más, existieron mucho antes del tiempo en que Jesús vivió—de hecho, por lo menos 250 años antes de que Él naciera.
También mostraremos que el Mesías es mencionado en cada detalle específico en las Escrituras Hebreas, y que es literalmente imposible poder explicar esas predicciones aparte de la Biblia siendo una revelación divina de Dios para la humanidad.
Hay personas hoy en día que rechazan esa conclusión, pero rehúsan a considerar las profecías imparcialmente y en su propio mérito. Solamente un prejuicio preexistente en contra de la misma profecía sobrenatural (como las personas que tienen una cosmovisión racionalista) o un prejuicio en contra de estas profecías que se refieren a la persona de Jesús, son las que pueden impedir que alguna otra persona acepte las Escrituras como Mesiánicas.
Hemos escrito este libro para presentar una pequeña porción de la evidencia que se encuentra en las Escrituras Hebreas que predicen la venida del Mesías. Creemos que Dios dio esta evidencia para que aquellas personas que están disponibles para permitir que los hechos hablen por sí mismos, puedan descubrir la verdad.
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