Dios es un Dios que desea revelarse. El no se mantiene callado como los dioses paganos, tanto antiguos como modernos. El Señor se agrada en hacerse conocer a sus criaturas. Su imagen es una de un Dios de amor; el amor debe comunicarse siempre, y esa revelación debe venir de Dios mismo.
Los pensamientos del hombre pueden ser revelados sólo por el hombre mismo. De la misma manera, sólo Dios puede hacerse conocer.
El Dios de la Biblia es un Dios que habla. Desde la creación y a través de toda la historia, Dios se reveló a través del habla. Él habló y el universo brotó a existencia. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca” (Sal. 33:6).
La presente obra es un compendio teológico donde se consideran las doctrinas esenciales del cristianismo enfocadas al pentecostalismo clásico.
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