Para este libro se presentaron muchos capítulos a la audición, pero no todos se seleccionaron. Después de todo, no servía cualquier capítulo.
Se requería brevedad, pues estás ocupado. Se necesitaba esperanza, pues estás ansioso. Se exigía lealtad a las Escrituras, pues eres cauteloso.
Intenté brindarte un repertorio de capítulos que reciten bien las letras de la gracia y canten bien la melodía de gozo. Pues tú eres el huésped del Maestro y Él prepara un concierto que nunca olvidarás.
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