En esta web ya hemos tratado el tema de la Trinidad (si acaso te lo perdiste, DALE CLIC AQUÍ), pero en aquella publicación nos enfocamos al testimonio bíblico neotestamentario de los escritores inspirados por Dios.
Las pruebas escriturales son contundentes, no obstante, los abrumadores ataques infundados que recibe por parte de sectas como los "Pentecostales Unidos", "Testigos de Jehová" e incluso la propia iglesia católicorromana, la cual alega haber surgido desde en el año 33 de n.e.
Pero hoy abordamos la EVIDENCIA HISTÓRICA plasmada en la PATRÍSTICA, así como en documentos tan antiguos como el propio Nuevo Testamento.
Comencemos por LA DIDAJÉ (Enseñanza de los Apóstoles), documento cristiano que relata la historia de las congregaciones primeras; escrita y compilada por allá de la segunda mitad del SIGLO 1°:
Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo en agua viva... (7.1)
Tomemos en cuenta que esto se dijo cuando aun algunos de los apóstoles de Cristo vivían y convivían con las congregaciones.
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Por otro lado, Ignacio de Antioquía (discípulo del apóstol Juan) [110 d.n.e.] escribió abundantemente al respecto:
Ignacio, por sobrenombre Portador de Dios: A la bendecida en grandeza de Dios con plenitud: a la predestinada desde antes de los siglos a servir por siempre para gloria duradera e inconmovible, gloria unida y escogida por gracia de la pasión verdadera y por voluntad de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Dios; a la Iglesia digna de toda bienaventuranza, que está en Éfeso de Asia, mi saludo cordialísimo en Jesucristo y en la alegría sin mácula. (Carta a los Efesios 1)
La verdad es que nuestro Dios Jesús, el Ungido, fue llevado por María en su seno conforme a la dispensación de Dios; del linaje, cierto, de David; por obra, empero, del Espíritu Santo. El cual nació y fue bautizado, a fin de purificar el agua con su pasión (Carta a los Efesios 18:2).
Aquí, el obispo de Antioquía claramente se refiere a Jesús como DIOS.
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También Ireneo de Lyon [140 d.C.- 202 d.C.], discípulo de San Juan (en segunda generación), en su conocido escrito "Contra las Herejías"; declaró:
La Iglesia, extendida por el orbe del universo hasta los confines de la tierra, recibió de los Apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios Padre Soberano universal "que hizo los cielos y la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos", y en un solo Jesucristo Hijo de Dios, encarnado por nuestra salvación, y en el Espíritu Santo, que por los profetas proclamó las Economías y el advenimiento, la generación por medio de la Virgen, la pasión y la resurrección de entre los muertos y la asunción a los cielos del amado Jesucristo nuestro Señor; y su advenimiento de los cielos en la gloria del Padre para recapitular todas las cosas y para resucitar toda carne del género humano; de modo que ante Jesucristo nuestro Señor y Dios y Salvador y Rey, según el beneplácito del Padre invisible "toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los infiernos, y toda lengua lo confiese". Él juzgará a todos justamente, los "espíritus del mal" y los ángeles que cayeron y a los hombres apostatas, impíos, injustos y blasfemos, para enviarlos al fuego eterno, y para dar como premio a los justos y santos que observan sus mandatos y perseveran en su amor, unos desde el principio, otros desde el momento de su conversión, para la vida incorruptible, y rodearlos de la luz eterna. (1:10.1).
Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples maneras lo hemos demostrado. Y que también su Sabiduría, o sea el Espíritu estaba con Él antes de la creación... (4,20,3).
Es clara la mención que Ireneo hace de la trinidad y la afirmación de la divinidad del Señor Jesús.
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Tertuliano (160 – 220 d.C.), de los llamados Padres Apologistas, fue el primer escritor de la iglesia latina que utilizó la palabra TRINIDAD para aludir a Dios.
..Para la misma iglesia es, propiamente y principalmente, el Espíritu mismo, en el cual es la Trinidad de Una Divinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo. (De Culto Feminarum, Sobre la modestia, 21).
Él mismo, en su escrito "Adversus Praxeam" (Contra Práxeas), en el capítulo 12, dice:
Si la pluralidad en la Trinidad te escandaliza, como si no estuviera ligada en la simplicidad de la unión, te pregunto: ¿Cómo es posible que un ser que es pura y absolutamente uno y singular, hable en plural: “Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra”? ¿No debería haber dicho más bien: “Hago yo al hombre a mi imagen y semejanza,” puesto que es un ser único y singular? Sin embargo, en el pasaje que sigue leemos: “He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros.” O nos engaña Dios o se burla de nosotros al hablar en plural, si es que así Él es único y singular; o bien, ¿se dirigía acaso a los ángeles, como lo interpretan los judíos, porque no reconocen al Hijo? O bien, ¿sería quizás porque Él era a la vez Padre, Hijo y Espíritu que hablaba en plural, considerándose múltiple? Por cierto, la razón es que tenía a su lado a una segunda persona, su Hijo y su Verbo, y a una tercera persona, el Espíritu en el Verbo. Por eso empleó deliberadamente el plural: “Hagamos… nuestra imagen… uno de nosotros.” En efecto, ¿con quién creaba al hombre? ¿A semejanza de quién lo creaba? Hablaba, por una parte, con el Hijo, que debía un día revestirse de carne humana; de otra, con el Espíritu, que debía un día santificar al hombre, como si hablara con otros tantos ministros y testigos.
Está más que claro que las referencias directas a la divina trinidad son tajantes, sobre todo, porque están dirigidas a personajes que ya desde la antigüedad, negaban una doctrina básica para la Iglesia de Cristo.
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Del mismo modo, el sexto obispo de Antioquía, Teófilo (siglo II, para el año 180 E.C.), Fue el primero en la región de Siria en utilizar el término TRINITAS (trinidad) para referirse a LA UNIDAD DE LAS TRES PERSONAS DIVINAS:
Los tres días que preceden a la creación de los luminares son símbolo de la Trinidad de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría. (Ad Autolycum, 11,15).
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Y así podemos seguir citando las palabras de muchos cristianos que vivieron antes, incluso, que la iglesia católicorromana viera la luz. Creyentes como Justino Mártir (100 d.C. -- 165 d.C.), Orígenes (185 d.C. – 254 d.C.). También Arístides, Atenágoras de Atenas, Taciano el Sirio, Melitón de Sardes, Clemente de Alejandría, Teófilo de Antioquía, todos ellos del siglo 2°. O Gregorio de Taumaturgo, Cipriano de Cartago, Dionisio de Roma, etc. Estos últimos que ministraron ya en el SIGLO TERCERO.
Incluso, las referencias halladas en escritos que circularon entre las florecientes congregaciones como: "El Martirio de Policarpo" (carta de los hermanos en Esmirna dirigida a la comunidad de Filomenio), o "El Pastor de Hermas", (documento escrito al principio del siglo II, de contenido principalmente apocalíptico).
En conclusión, estimado lector, por medio de las pruebas que hemos presentado, se muestra que la doctrina de la Trinidad no es un invento posterior a los inicios de la Iglesia de Cristo, sino que surgió con ella y se diseminó siendo trasmitida llegando a nosotros como una de las enseñanzas cardinales en la teología evangélico-protestante.
Andrés Lucero.
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