Los Judaizantes y El Falso Dilema Del Gentilicio Israelita

 

Desde tiempos antiguos (tan antiguos como sus inicios), la iglesia de cristo ha padecido toda clase de persecución y hostigamiento, tanto de la religión romana como de los propios judíos, y qué decir de los filósofos pseudo-cristianos. Estos han querido introducir al cuerpo de cristo toda clase de doctrinas y prácticas extrañas, ajenas al evangelio eterno.

Uno de esos grupos se hace llamar “MOVIMIENTO DE LAS RAÍCES HEBREAS” (o “De Las Sendas Antiguas”), que no es otra cosa que un puñado de ex-cristianos que han puesto la mirada (y el corazón) en una especie de ‘JUDAÍSMO MESIANOIDE’ que -a la luz de las escrituras- es completamente incompatible con las enseñanzas de jesús, los apóstoles y los primeros discípulos de estos.

Entre sus muchos argumentos engañosos, se encuentra la afirmación que establece cierta “ascendencia israelita…”

Ellos lo explican así:

=> Asiria invade el reino del norte (Israel).

=> LOS HIJOS DE JOSÉ (MANASÉS Y EFRAÍN) SON “AÑADIDOS” A LAS12 TRIBUS (por lo que un tiempo hubo 13 tribus y no 12), CONTRADICIENDO LA PALABRA DE DIOS.

=> Las 10 tribus son dispersas y “se pierden”*.

=> En Efraín** se cumple génesis 48:19. Pero ellos se aferran a una sola acepción del término “GOI”, que no solo significa “gentil”, sino también “gente”, “nación” y “pueblo”.

=> Entonces, y según aseguran, todo judío o gentil salvo “pertenece a la casa de Israel” (o casa de Efraín), por lo que deben ser reconocidos como “israelitas” y no como judíos, por no “descender de la casa de Judá”. (Aunque realmente debían llamarse EFRATEOS).

*Sería de ilusos negar que la mayoría de los miembros de las tribus del norte se integraron a la casa de Judá.

** Efraín fue desechado por su pecado de idolatría (Oseas 4:17-19, también ver caps 8 y 9), la prueba es que no se encuentra entre las tribus que vio Juan en el apocalipsis.

Con la inducción de la “nueva identidad israelita”, viene (como caja de sorpresas) toda suerte de consecuencias de las que el incauto no tiene idea. Y ni se diga de las repercusiones eternas (como la salvación del alma).

* Alteran tu lenguaje: ahora debes hablar hebreo.

* Modifican tu alimentación: debes seguir las dietas del antiguo testamento.

* Cambian tu vestimenta: necesitas parecer más judío(a).

* Imponen la ley sobre la gracia: ahora eres esclavo de “las fiestas” y los rituales de los que Pablo advirtió no participar. (Filipenses 3:2).

Pero concentrémonos en el argumento que blanden respecto de su supuesta nacionalidad israelita…

Veamos que en la biblia no hay distinción entre JUDÍOS, ISRAELITAS Y HEBREOS:

1.- En Mateo 2:22. Los magos están buscando al rey de los judíos… ¿Entonces, no era rey de los israelitas?

2.- Hechos 2:5. ¿De dónde eran los judíos piadosos que moraban en Jerusalén? ¡¡De todas las naciones!! 

3.- En el letrero sobre la cruz (Lucas 23:38), ¿decía: rey de los judíos o de los de la casa de Judá?

4.- Juan 6:4 dice que estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos ¿a caso no la celebraban “los israelitas”?

5.- Pablo solo hace distinción entre judíos y gentiles en Romanos 3:9… no más. 

6.- Hechos 2:22: Lucas relata el discurso de pedro donde, estando en Jerusalén, llama a los oyentes: “varones israelitas”… ¿Son israelitas, pero no judíos?

7.- Si en verdad hay “judíos e israelitas”, ¿Por qué Pablo no hace una distinción entre ellos en Romanos 9:3-4?

8.- El médico (Lucas) elimina el gentilicio refiriéndose a los judíos como Hebreos (Hechos 6:1).

9.- El propio apóstol pablo, defendiendo su ministerio, pone a la misma altura los términos “hebreos e israelitas” (2 Corintios 11:22). Lo mismo hace en Filipenses 3:5.

10.- El escritor de la epístola a los hebreos ¿estaba confundido o se equivocó de pueblo?

Está claro, estimado lector, que la supuesta distinción entre judíos, israelitas y hebreos no es más que un falso dilema, ya que en las escrituras ambos términos son perfectamente intercambiables.

Así, la presunción alucinante que afirma que <<todo aquel gentil que se convierte a cristo pasa a ser “israelita”>>, es tajantemente desmentida. 

Es nuestro deber estar alertas y rechazar toda doctrina que no se ajuste a la Biblia.

Andrés Lucero.