Uno de los cuestionamientos mas frecuentes tocante a las palabras del Señor Jesús, son precisamente aquellas que dijo con relación a Juan el bautista.
El Señor dedicó todo un capítulo -por decirlo de alguna manera- para hablar del último profeta del Antiguo Testamento, pero lo que llama la atención en grado sumo, es la frase expresada en el versículo 12 de el capítulo en cuestión (cap. 11); donde nuestro Salvador dice: "EL REINO DE LOS CIELOS SUFRE VIOLENCIA, Y LOS VIOLENTOS LO ARREBATAN".
Como siempre, es menester que acudamos al contexto inmediato para comenzar a descubrir la intención de nuestro Señor al proferir esas palabras...
El capítulo tiene relación con el ministerio de Juan, haciendo el Señor grandes afirmaciones acerca de la importancia de la labor ministerial y profética de su pariente. Esto es importante, porque Juan representaba (de alguna manera) el fin del VIEJO PACTO y el inicio de la ERA MESIÁNICA... El acceso pleno al Reino de Dios a través de la FE y ya no de las obras de la ley. Así, ya nadie quedaba excluido en esa posibilidad de alcanzar misericordia.
Pero el meollo del asunto (y a lo que debemos atender primordialmente) es la frase arriba citada.
Pues bien, el versículo en cuestión ha sido harto debatido sin llegar a una conclusión contundente (o siquiera convincente) por ejemplo, existen al menos tres puntos a los cuales la mayoría de los teólogos han convergido, a saber:
1 -- Que Jesús pudo estar refiriéndose a un gran movimiento hacia Dios, que quizás comenzó cuando Juan empezó a predicar.
2 -- Que quizás se refería al hecho de que la mayoría de los judíos esperaban que el Reino de Dios viniera por medio de un derrocamiento violento del gobierno romano.
3 -- Que tal vez quiso decir que para ingresar en el Reino se requiere coraje, fe resuelta, determinación y tolerancia debido a la persecución que se desataría contra los seguidores de Cristo.
Estas opiniones -estimado lector- no parecen aclarar mucho el panorama, pero bien podemos recurrir a la apreciación testimonial del apóstol Lucas, quien escribe:
"La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él." (Lc.16:16)
Si somos cuidadosos al examinar ambos textos, nos percataremos de la intención del Señor Jesús al colocar la frase casi al final del discurso: Habiendo dejado claro que, a partir de la proclamación profética de Juan, había comenzado una era que ya estaba anunciada previamente, pero pocos alcanzaron a comprender a través de las agudas palabras del último profeta del antiguo testamento (Juan 1:15-18).
El discípulo del apóstol Pablo fue mas perspicaz apreciando que: Publicanos, Fariseos, Saduceos, Pobres, Ricos, Gentiles, Judíos, Sabios y del vulgo, TODOS tienen ahora la misma oportunidad de acercarse a Dios y acceder a Su Reino... SOLO POR GRACIA (Juan 1:17).
Recapitulando y concluyendo...
Aún cuando Mateo percibió "Violencia (βιάζω = Biazo)" en las palabras del Señor, se trata justamente de una mera captación judía -y aún no bien conocida- del REINO MESIÁNICO, que mas bien vino a provocar a religiosos y no religiosos a esforzarse por conocer dicha proclamación. En consecuencia, solo aquellos que logran un ánimo suficiente, que tienen el verdadero deseo, celo y determinación (arrepentimiento y vida nueva) lograrán "arrebatar" (ἀρπάζω = Arpazo) el Reino de los Cielos.
La lección que nos deja esta consideración, estimado lector, es que nosotros también estamos incluidos en aquella gloriosa "competencia" y requerimos del carácter que Dios vio en Gedeón (Jueces 6:12), en Josué (Josué 1:9), etc.
Corramos entonces, la carrera de modo que lleguemos a alcanzar el objetivo para el cual Dios nos ha salvado.
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