Estas fueron las palabras que el apóstol Pablo escribió a
los santos en Corinto y que, hoy en día, muchos han malinterpretado. Solamente toma leer varios comentarios para
ver las grandes diferencias que se encuentran en la interpretación de este
pasaje. En esta lección estaremos meditando acerca de lo que este pasaje
significa. Estaremos considerando este
texto dentro de su contexto para darle una interpretación correcta, y que no
esté en conflicto con el resto de la Biblia. Es imperativo que reconozcamos que, si un pasaje de las Escrituras es
interpretado, y si tal interpretación está conflicto con el resto de las
Escrituras, la conclusión lógica es que tal interpretación es incorrecta.
ERRÓNEAS INTERPRETACIONES A ESTE TEXTO
Ciertas interpretaciones erróneas se le han dado a este
texto.
A continuación, estaremos observando algunas de ellas.
(1) Muchos han concluido que este texto está diciendo
que el incrédulo es santificado hasta el punto de llegar a ser cristiano sin
necesidad de obedecer el Evangelio de Cristo.
Esta interpretación es incorrecta, toda vez que la Biblia
explícitamente nos dice lo que la persona debe de hacer para poder llegar a ser
un cristiano. Tal persona debe de oír el Evangelio para poder tener fe (Ro.
10:17), debe de creer en el Evangelio (Mr. 16:15), debe de arrepentirse de sus
pecados y cambiar su estilo de vida y dejar la incredulidad (Hch. 2:38; Hch. 3:19;
Hch. 17:30), debe de confesar a Cristo como el Hijo de Dios (Hch. 8:37; Ro.
10:9-10), debe de ser bautizado para obtener el perdón de pecados (Hch. 2:38;
22:16; Mr.16:16), y vivir fiel hasta el fin, después que ha llegado a ser un cristiano
(Ap. 2:10; Mt. 24:13; Fil. 2:12). El
incrédulo no hace estas cosas, por lo tanto, no puede ser un cristiano,
solamente por el simple hecho de estar casado con una mujer que sí es
cristiana.
La obediencia al Evangelio de Jesucristo es esencial para
poder entrar al cielo algún día. Esto es
lo que el Apóstol Pablo nos informa en 2 Ts. 1:7-9. Para poder llegar a ser santificado en el
sentido de estar en Cristo, tal persona debe de ser bautizada en Cristo, de
acuerdo a lo que Pablo dice a los Gálatas (Ga. 3:27). La mayoría de los
incrédulos no hacen esto porque simplemente no creen en el Evangelio.
(2) Otros han concluido que el incrédulo obtiene perdón
de pecados (Santificación) por el simple hecho de estar casado con otro que es cristiano.
La presente conclusión es totalmente errónea, ya que la
Biblia enfatiza la manera de como la persona obtiene el perdón de pecados, y
como ya lo hemos visto anteriormente, es por medio de la obediencia al
Evangelio de Cristo. Pedro dijo: “Arrepentíos y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y recibiréis el
don del Espíritu Santo” (Hch. 2:38). ¿Quiénes van a obtener el perdón de pecados? ¿Los que están casados con cristianos? Claro que no. El texto es muy claro. Solo
los que cumplan con esta condición podrán llegar a obtener la santificación, o sea,
el perdón de pecados.
(3) Otros han concluido que este pasaje enseña que el
incrédulo, al estar casado con una cristiana, tal persona no está obligada a
obedecer el Evangelio de Cristo.
Esa interpretación es absurda y en total contradicción con
la enseñanza bíblica acerca de la necesidad de ser obedientes al Evangelio de
Cristo para poder obtener la vida eterna y poder estar con Dios algún día (2
Ts. 1:7-9).
Por lo tanto, Pablo no está diciendo los siguientes puntos:
(1) Pablo no está diciendo que el incrédulo es
salvo por medio de la fe de su esposa, que es una cristiana. El verso 16 nos aclara
este punto, ya que Pablo pregunta: “¿qué sabes tú, oh mujer, si quizás harás
salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu
mujer?” (1 Co. 7:16). Esto implica que no son salvos en ese momento si son
incrédulos, sino más bien, implica que, al estar junto al creyente, tal
incrédulo tendrá la oportunidad de ser influenciado por medio del creyente.
INTERPRETACIÓN CORRECTA CONSIDERANDO EL CONTEXTO
Textos difíciles de entender deben de ser mantenidos en su
contexto para evitar malinterpretarlos.
Esta es una regla de la Hermenéutica que muchos hoy en día ignoran. En el contexto, el apóstol Pablo está
hablando de aquellos matrimonios en los cuales uno era creyente y el otro era
incrédulo. En cuanto a esto, Pablo dice las siguientes palabras: “Si algún
hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no
la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en
vivir con ella, no lo abandone.” (1 Co. 7:12-13). Pablo está enseñando a los
santos en Corinto que no es necesario dejar a su cónyuge, si este no es
cristiano. Dice que está bien, que viva con él y que no se separen (1 Co. 7:12).
Con esto en mente, procedemos a concluir que:
Pablo, cuando dice que el marido es santificado en la mujer,
básicamente está diciendo que la relación de matrimonio en la que se encuentran
es santificada, lo cual indica que es autorizada por Dios. De otra manera, la pareja que tenga un
esposo que no es creyente debería de dejarlo, pero Pablo dice que esto no es
necesario, ya que tal relación es santificada. Aparte de esto, Pablo dice que existe
una posibilidad de convertir al incrédulo por medio del creyente (1Co. 9:16).
Probablemente, había ciertos judíos en la congregación de
Corinto que pensaban que los matrimonios que estaban casados con alguien que
era incrédulo los constituía inmundos. Tal vez usaban Deuteronomio 7:3 donde dice: “Y no emparentarás con
ellas,” prohibiendo de esta manera el casamiento entre los incrédulos. Pablo aclara que los que están casados con
alguien que no es creyente, no están en violación de la ley de Dios, ya que tal
matrimonio es válido y autorizado por Dios; todo y cuando el incrédulo no
obligue al creyente a violar la ley de Dios.
De modo que Pablo, cuando menciona la palabra “Santificado,”
no la está utilizando en el sentido espiritual de la palabra, como dando a
entender que el incrédulo es salvo por medio de la fe de su esposa creyente,
sino más bien en el sentido ceremonial, lo cual implica que el matrimonio de
ellos no era inmundo delante de Dios.
También esta frase “es santificado en la mujer” puede
significar que el incrédulo está en una relación diferente a las que hay en el
mundo. El incrédulo puede estar rodeado
de una buena influencia por parte de su mujer creyente. El versículo 16 de este mismo capítulo nos
ayuda también a poder llegar a esta conclusión, ya que Pablo dice que el marido puede ser convertido
por medio de la mujer u hombre que es creyente. Por medio de la influencia del creyente, el
incrédulo puede llegar a ser obediente al Evangelio, y, por consiguiente, ser
salvo. Algo similar a esto escribió el
apóstol Pedro cuando dijo: “Asimismo, vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la
conducta de sus esposas.” (1 P. 3:1).
Esto no quiere decir que los esposos incrédulos pueden ser salvos sin
escuchar el Evangelio y obedecerlo, sino más bien, quiere decir que por medio
de la influencia de sus esposas, tales esposos pudieran llegar a ser ganados y
consecutivamente, ser salvos. El esposo incrédulo llega a estar en una relación
donde será influenciado para bien, y esto es lo que hace de esta relación lo
santificado.
Es interesante notar que la palabra “Marido” del verso 14, segunda
parte, es “Hermano” (ADELPHOS) en el griego, para que de esta manera se sepa
que se está hablando de un creyente.
(Corregido y adaptado para ConTextos Bíblicos por Andrés Lucero).
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