Una de esas dificultades se presenta justamente en el Capítulo 5 de la carta del apóstol Pablo a los Romanos, particularmente el pasaje que comprenden los versículos del 12 al 21, donde algunos teólogos afirman que se encuentran las bases de LA IMPUTACIÓN DEL PECADO DE ADÁN A TODA LA HUMANIDAD; llamado por unos "Pecado Original".
"POR TANTO, COMO EL PECADO ENTRÓ EN EL MUNDO POR UN HOMBRE, Y POR EL PECADO LA MUERTE, ASÍ LA MUERTE PASÓ A TODOS LOS HOMBRES, POR CUANTO TODOS PECARON..." (Romanos 5:12). Esta redacción paulina es diáfana, pero nunca faltó quien adujera "dificultad para la plena comprensión".
La pregunta apropiada es: ¿Habla el apóstol Pablo del pecado original en el pasaje en cuestión? En esta consideración descubriremos una respuesta negativa tajante.
Innegablemente, el punto en consideración se ha popularizado mucho en el cristianismo al grado de haberse "normalizado". Tanto el Calvinismo y el Arminianismo, como el Luteranismo y el Molinismo lo han abrazado desde sus orígenes, pero esto tiene una explicación muy sencilla: ¡¡TODAS ESTAS POSTURAS TEOLÓGICAS PROVIENEN DE LAS DOCTRINAS DE AGUSTÍN DE HIPONA!!
¿Qué diremos, pues, de David, que tales testimonios recibió de Dios? Al cual dijo el mismo Dios: Encontré a un hombre según mi corazón, a David, hijo de Jesé; en misericordia eterna le ungí (Psal., LXXXVIII, 21). Y el mismo David dice a Dios: Ten piedad de mí, ¡oh Dios! Según tu misericordia y según la multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mi iniquidad y límpiame de mi pecado. Porque yo conozco mi iniquidad, y mi pecado está siempre enfrente de mí. Contra ti solo he pecado y he hecho el mal delante de ti, para que seas justificado en tus palabras y venzas cuando eres juzgado. Pues mira que yo he sido concebido en iniquidades y en pecados me concibió mi madre. He aquí que Tú has amado la verdad; me has manifestado lo arcano y lo oculto de tu saber. Me rociarás con hisopo y seré limpiado; me lavarás y más que la nieve seré emblanquecido. A mi oído darás gozo y alegría y se regocijarán mis huesos abatidos. Aparta tu rostro de mis pecados y borra todas mis iniquidades. Crea en mí ¡oh Dios! un corazón puro y renueva en mis entrañas un espíritu santo. Vuélveme la alegría de tu salud y confórtame con un espíritu principal. Enseñaré a los inicuos tus caminos y los impíos se convertirán a ti. Líbrame de las sangres, Dios, Dios de mi salud, y ensalzará mi lengua tu justicia: Señor, abrirás mis labios y mi boca anunciará tu alabanza. Porque si hubieras querido sacrificio, lo hubiera sin duda ofrecido. Tú no te deleitarás con holocaustos. Sacrificio para Dios es el espíritu atribulado, al corazón contrito y humillado no lo despreciarás ¡oh Dios! (Psal., L, 3-19). [1a. Carta a los Corintios, Cap. 18°]
Aquello de "LA NATURALEZA PECAMINOSA HEREDADA DE ADÁN" no apareció en los anales de la historia de la iglesia sino hasta en los escritos de Tertuliano el TRADUCIANISTA, pero aún se encuentra como CONCEPTO; esto lo vimos en ESTA ENTRADA. Luego, quien le dio forma de "doctrina" fue precisamente Agustín de Hipona claramente influenciado por el NEO-PLATONISMO que ha hecho terribles estragos en la teología cristiana.
Creo, estimado lector, que ya tenemos una buena introducción histórica para este tema que -como he dicho antes- da para muchísimo mas. Pero continuaré en la próxima con la consideración bíblica, si nuestro Dios lo permite.
Paz...
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